Guitarra Negra
Parte Quinta
II
Con los roperos,
viviendo con los roperos,
aprendió a saludar
con ruido de puerta.
Le parecía insignificante su actividad en otros cuerpos,
siendo madera.
Veces hubo en que fue bisagra o picaporte.
El tiempo pasó enorme.
Lo único que no aprendió
fue a reír en esa situación,
pues los roperos no se oirían reír
entre tanta locura y tanta espera,
Al morir dejó dicho en un papel:
"Me voy de aquí a esperar
del otro lado de mi fin
una sonrisa de todo lo amorosamente imperturbable".
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