lunes, 8 de agosto de 2011

Habla Günter

Cambio


De pronto estaban aquí las cerezas,
aunque se me había olvidado
que había cerezas,
e hice proclamar que nunca hubo cerezas,
estaban aquí, de pronto y caras.


Cayeron ciruelas y me dieron a mí,
pero si alguien cree
que yo cambio
porque algo me caiga encima,
es que nunca le han caído cerezas.


Sólo cuando me pusieron
avellanas en los zapatos
y tuve que correr,
porque los niños querían lo de dentro,
grité pidiendo cerezas,
quise que me cayeran encima ciruelas
 y cambié un poquito.