domingo, 29 de agosto de 2010

Esta noche

Esta noche, me he levantado palpando una sucia mentira, 
una mentira que visten esos ojos antes de irse a la cama
y antes de decidir qué pesadilla emprender a tu vera.
Qué intimidantes son los atisbos que da la Luna tras la cortina de humo,   
más anhelantes los latidos del reloj que cada anoche anuncian su taquicardia
en busca del minuto perdido en las máscaras de los tripulantes.
Pero qué excelentes son las horas en las que decides
si ya es la hora de dormir o de prender un cigarrillo más,
y qué cojonudas son las noches en las que te metes entre las sábanas
contando todas aquellas copas de vino para quedarte dormido,
sin saber que es el mismo narrador, el de la vista gorda,
quien se preocupa por el bienestar de tu insomnio.