Lima ofuscada
inhalo agua seca,
la humedad suspende
el curso de mi suspiro
y asía fuerte mi pecho
como pellejo con frío.
el sol
está y no.
tras una nube,
se asoma, temerario,
aguardando su agonía.
hace algún tiempo
emanaba de mi rostro
un perfume a sosiego
y los rayos cubrían
mi falta de abrigo.
de repente,
una brisa candente
(verbena eterna)
susurra a mi oído:
el invierno acabó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario